Tsimanes, una nación que vive al desamparo del Estado Plurinacional

en El Día el 21-12-20 08:07

Lo mejor que le pudo pasar al cacique mayor de la Central Colorado de la comunidad indígena Tsimán, Rosendo Merena, “ha sido aprender a leer y escribir”, hoy agradece a su profesor de la iglesia Metodista que le hubiera insistido a formarse para ser un líder de su comunidad. Un golpe de suerte que no tienen las 100 familias tsimanes sin tierra.

Ahora conduce el destino de 12 comunidades afiliadas a la Central, ubicada a unos 10 kilómetros de la población de El Palmar, cuya principal lucha es que siete de estas comunidades logren que el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) les otorgue títulos de dotación de tierras y reconozca sus derechos.

Rosendo sabe el valor que representa saber leer y escribir, aunque para cuando lo hizo ya existían problemas con los asentamientos de interculturales sobre las comunidades indígenas tsimanes.

En las comunidades tsimanes parece que el tiempo se hubiera detenido. De nada sirve la Constitución Política del Estado (CPE)  ni los convenios internacionales para la vida de los indígenas, porque sus derechos de acceso a la educación, salud, servicios básicos y a una vida digna son vulnerados todos los días.

Los caciques, corregidores y comunarios se lamentan por no saber leer o escribir, si alguno lo hace es con dificultad. Es como una sentencia a la postergación, a la discriminación y a ser presas fáciles del engaño.
Cuando se han visto obligados a salir del bosque han entendido que la comunicación no era solo oral; fuera del espacio donde han vivido por décadas no es suficiente hablar sino, además, tienen que hacerlo en castellano, un idioma que muchos desconocen.

Este derecho que debería estar garantizado por el Estado se ha convertido en una barrera en su vínculo con el mundo externo, en especial para exigir que se respeten sus derechos con el fin de mejorar sus condiciones de vida.

Los indígenas aseguran que no saber leer ni escribir ha tenido un costo en sus vidas. “Cuando hubo saneamiento nos han despojado (de la tierra), porque no sabíamos escribir ni hacer documentos al INRA, en ese momento se han aprovechado los que han venido del occidente al oriente, ahora nos avasallan”, afirma el corregidor Mithman Merena.

El cacique mayor secunda esta idea, cree que no defendieron sus tierras por esta causa, porque no tenían información, no sabían a dónde recurrir o qué trámites debían hacer para que sus tierras fueran saneadas y así evitar la ocupación de otras poblaciones.

Los tsimanes que vivieron como seminómadas y que hace cinco décadas, aproximadamente, se asentaron al noreste de la carretera Rurrenabaque-Yucumo, en la Amazonía beniana, no vieron necesario aprender a escribir o a leer hasta que tuvieron contacto con el mundo más allá del bosque.

Uno de los fines principales del Estado es “garantizar el acceso de las personas a la educación, a la salud y al trabajo”, según la Constitución; en un Estado Plurinacional que –además- reconoce la presencia de 36 pueblos y naciones indígenas y declara sus idiomas oficiales, entre ellos el “tsimán”.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su convención 169 sobre Pueblos Indígenas establece que los Estados deben garantizar la posibilidad de “adquirir una educación a todos los niveles, por lo menos en pie de igualdad con el resto de la comunidad nacional”.

Pero en las comunidades no hay escuela ni profesores, en un tiempo en el que el conocimiento es fundamental para que las personas se integren o queden marginadas de la sociedad. Una suerte de sentencia al aislamiento. 

Para los indígenas que ahora tienen contacto con los no indígenas, hablar solo tsimán es un problema que los aísla y les impide comunicarse, “hasta ahora no sabemos hablar castellano”, se lamenta Miguel Cayabare, corregidor de Río Grande, que solo habla su idioma.

El no hablar castellano no es un dato menor, los documentos están escritos en castellano y los funcionarios también hablan en este idioma, por lo tanto, los indígenas ven limitadas sus posibilidades para ejercer y defender sus derechos.

“Lindo...