Santa Cruz: río Moreno fue enmallado como propiedad privada

en Los Tiempos el 21-04-21 04:56

Por Mercedes Fernández y Osman Patzi

Algunos de los vecinos de Rubén Darío Ruiz, que también tienen colindancia con el río Moreno, no hace mucho vendieron sus propiedades a los urbanizadores en el municipio de Porongo. Picados por la curiosidad, este equipo periodístico fue a verificar qué tanto habían avanzado en los encerramientos. Así se comprobó que han colocado cimientos de concreto para asegurar la malla olímpica, postes, y un remate con alambre de púas en la parte superior, en la orilla del río. No a 1.000, ni 300, ni 100, o 50, ni 20 metros. A cero metros. Ni siquiera han dejado playa. La instalación es relativamente nueva, se estima de unos tres meses, y es una afrenta grotesca a la norma ambiental, al sentido común y al paisaje. ¿Qué autoridad permitió semejante abuso? ¿Se tolerará?

Javier Oropeza, cuya familia materna y paterna está asentada por generaciones en la zona, acompañó la travesía y estaba recolectando basura al paso. "Es lamentable ver todas estas cosas, que contaminen nuestros ríos. Algo hay que hacer, no podemos estar mirando sin decir nada. Es una barbaridad, el enmallado está dentro del río", sostiene indignado. 

Cuando en la primera entrega de este reporte periodístico se denunció que los alambrados en el municipio de Portachuelo estaban muy próximos al río Moreno, menos de cien metros, había indignación, pero esta última verificación, en el municipio de Porongo, ya resultó inaudita. Con razón se ofrecen lotes, ya no con playas artificiales o lagunas improvisadas. ¡La oferta es playas naturales porque ya las tienen encerradas!

Una semana después de dicha publicación se sabe que el ruido de las motosierras en la banda opuesta anticipaba lo inminente: concejales municipales salientes aprobando con apuro indisimulado una urbanización de 777 hectáreas, denominada Quintas del Urubó I, porque están en carpeta las extensiones II y III, pese a que está sobrepuesta al área de servidumbre ecológica según el informe técnico, ¡pero se sugiere la aprobación de todas maneras! La sesión en la que se leerá el informe y la sugerencia arbitraria será el jueves 22 de abril en el Concejo Municipal de Portachuelo.

El tesoro de Las Cruces es inmenso, líquido y cristalino

Rubén Darío Ruiz vive en Las Cruces, en el municipio de Porongo, y proclama con orgullo indisimulado el tesoro que tiene bajo sus pies: inmensos bolsones de agua dulce de altísima calidad y no se imagina cambiando esa riqueza con minerales o las migajas que entregarían a cambio los explotadores mineros.  "Se han hecho estudios cuando se perforaron pozos y el resultado es asombroso. Los reservorios son inmensos. Agua purísima, casi a nivel del suelo", señala.

Ruiz está enterado de los rumores que corren en la comunidad sobre las tratativas de los representantes de una empresa minera con pobladores de la zona para que la explotación de minerales vaya a una consulta previa, aunque de entrada se muestra bastante escéptico. "No creo que la gente se deje convencer. Los que vivimos aquí valoramos el agua porque dependemos de ella. Tenemos que pararnos, no podemos permitir eso", remarca y aclara que su propiedad colinda con las urbanizaciones de las empresas Techo y Faros del Urubó.

Sin embargo, reconoce que existen nuevos propietarios de grandes extensiones de tierra a los que poco podría importarles la suerte de las comunidades como Las Cruces y aledañas, a saber: El Magué, Pozo Colorado, Sombrerito, Agua Dulce, Villa Guadalupe, Maguecito, Chaco Güembé, El Hongo, Guendá Espejo, Guendá Tacuara, Guendá Patriota, La Perdiz, Lomas del Cuchi, Luquillas, Nueva Palestina, San Jacinto, San Pedro, San Simón, Terebinto, Cooperativa El Dorado y otras. Sea porque tienen sus propios intereses o porque una sola empresa estaría acaparando las antiguas quintas y ranchos de pastoreo para cambiar el uso de suelo y urbanizar o explotar minerales.

Una carretera que todavía no llega

Herman Cuéllar (73) nació, creció y vive en Las Cruces. Lamenta que en poco tiempo haya habido tantos cambios, pero el más necesario, un camino estable que conecte la comunidad con la carretera Urubó - Porongo todavía es un sueño, aunque tampoco lo cambiaría por perder el agua pura. "Las urbanizaciones nos están rodeando. El montecito que teníamos casi no hay y dicen que los mineros hasta han ofrecido hacer ellos la carretera. Yo prefiero seguir bregando, sin carretera, no estoy de acuerdo con que vengan a contaminar todo. Yo ya estoy viejo, pero tengo hijos y nietos, hay que pensar en ellos", reflexiona.

Recuerda con nostalgia la época en la que todos se conocían y llamaban Alcornocal a esta zona. También cómo los engatusaron poco antes de la construcción (1997-1999) del puente Mario Foianini para que vendan sus parcelas a precios ínfimos. Dos años después, con el dinero de la ven...