Dragas chinas y 63 titulares mineros devoran 43 mil hectáreas en la Amazonia en busca de oro

en Los Tiempos el 20-09-23 11:45

Investigación e imágenes: Jimena Mercado

Producción multimedia: Adriana Gutiérrez 

Agencia de Noticias Ambientales

En medio de las dragas chinas y planchones colombianos que desentierran tesoros de oro en 1.722 cuadriculas mineras en el río Kaka, tres actores mineros concentran el 72% de la superficie, 1.238 cuadrículas equivalentes a 30.950 hectáreas.

“Cuando está haciendo la consulta previa la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM), las comunidades están rechazando rotundamente la minería, porque no queremos que nos arruinen esas tierras que todavía tenemos para los cultivos”, afirma Hilarión Mamani, subalcalde de Mayaya, quien se da cuenta –algo tarde- de que el precio que Mayaya está pagando por sacar oro del río Kaka en sociedades ilegales con capitales extranjeros es demasiado alto.

El hambre de los dragones chinos es insaciable. Desde que arribaron a la Amazonía el 2018 –casi al mismo tiempo que los planchones colombianos­– se devoraron cientos de toneladas de oro, pero van por más, son 1.722 cuadrículas  -equivalentes a 43.050 hectáreas- las comprometidas para la explotación aurífera, tan solo en el río Kaka del departamento de La Paz.

Las cooperativas auríferas locales se asociaron de manera ilegal con los capitales extranjeros y maquillaron sus relaciones en los últimos años bajo la figura de “contratos de prestación de servicios”.

La AJAM, que no transparentó su información para la Agencia de Noticias Ambientales ni respondió a los requerimientos, cuadriculó el río Kaka sobre 130 kilómetros del afluente, que va desde la unión de los ríos Mapiri y Aten hasta cerca del río Beni, el segundo en importancia en el país, después del Madre de Dios.

Desde hace poco más de cinco años, cuando la AJAM admitió que las operaciones mineras en el río Kaka en el departamento de La Paz eran ilegales -tras destaparse desde la prensa las sociedades ilegales entre cooperativas locales y capitales extranjeros-, se propuso luchar contra la minería ilegal, pero no con mayor regulación y control a los operadores mineros, sino agilizando sus trámites administrativos, como respuesta a la presión de los interesados.

En un recorrido en bote a motor fuera de borda, desde la población beniana de Rurrenabaque hasta el municipio de Teoponte, bordeando el Parque Nacional y el Área Natural de Manejo Integral Madidi y la Reserva de la Biósfera y Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas y la comunidad de Mayaya, clave para el intercambio comercial y de servicios, ANA logró georreferenciar más de 40 áreas de explotación aurífera, donde operan más de 20 dragas chinas, cerca de diez planchones colombianos y otras diez zonas de explotación a cielo abierto.

Las dragas a su paso han dejado ríos contaminados, sedimentos, toneladas de chatarra de maquinaria en desuso, desmontes y deforestación, destruyeron las orillas del río Kaka y dejaron en su lugar promontorios de piedras en las playas que antes eran fértiles.

“De aquí (Mayaya) salían a diario por lo menos 10 a 15 camiones de yuca, papaya, sandía, todo lo que se producía, tomates, zapallos, pero ahora las orillas del río que eran playas se han convertido en área aurífera y lo han degradado el suelo”, señala Mamani, quien vivió en la comunidad desde 1970, cuatro años después de su creación.

“Los extranjeros se llevan el 80%”

La presencia extranjera en Mayaya se evidencia a cada paso. “Mira, los extranjeros que son los chinos, los colombianos, los peruanos, todos los que son extranjeros, ¿por qué llegan? porque existen cooperativas constituidas legalmente y están conformadas por los mismos bolivianos, mayayeños, entonces a través de las cooperativas llegan”, explica.

A pesar que destaca que la minería aurífera dinamizó la economía en Mayaya, donde la población creció a más de 5.000 personas, a la par de las nuevas construcciones de viviendas, admite que a la hora de cerrar trato son los extranjeros los que imponen condiciones de trato.

“Y los inversionistas extranjeros cuando vienen dicen: yo me voy a llevar 70%, 80%, ustedes se van a quedar con tanto (…). Antes era 30% para las cooperativas, pero ha bajado a 25%, porque los inversionistas dicen que aumentó el costo de operación”, asegura.

La narración de Mamani coincide con la de una socia cooperativista, quien fue dirigente campesina. Ella asegura que las cooperativ...