La Amazonía se quema: Indígenas ven que su territorio arde y temen que se les empuje al extractivismo

en Los Tiempos el 14-11-23 07:47

La Amazonía boliviana arde una vez más, como todos los años alrededor de estos meses en los que los chaqueos comienzan y algunos se salen de control para devorar bosques, animales, y últimamente hasta casas de comunidades indígenas, poniendo en riesgo vidas humanas, de quienes huyen del fuego y de quienes lo combaten, de lugareños y también de foráneos que han llegado a prestar auxilio.

Pero hay quienes creen que el fuego es provocado, intencional, parte de un plan oscuro y tenebroso diseñado para destruir la selva y esa biodiversidad tan vital para todos, pero tan perjudicial para otros que desean ejecutar actividades extractivas en estos sitios, como la minería, la exploración petrolera, o la agricultura mecanizada.

Lo cierto es que entre los indígenas que en los últimos 40 días han estado viviendo en medio del humo y el fuego que salta como una enfermedad contagiosa en San Buenaventura hay temor: ¿Qué vamos a comer ahora que nuestros cultivos han quedado reducidos a cenizas? ¿Dónde vamos a dormir ahora que nuestra casa ha desaparecido? Y quizás la pregunta más inquietante: ¿Qué pasará cuando nuestros bosques, todo esto que nos rodea, haya desaparecido?

Un niño apaga llamas que quedan en el suelo con una mochila de agua, en Buena Vista, municipio de San Buenaventura. Un niño apaga llamas que quedan en el suelo con una mochila de agua, en Buena Vista, municipio de San Buenaventura.

Todos los años hay fuego y el monte selvático en esta región avanza rápido hacia su fin.

"Hay gente que quiere desmontar, que quiere nuestro oro, sacar nuestra madera y hacer grandes monocultivos", dice el corregidor de la comunidad Bella Altura, Darío Mamio, y apunta directamente al gobierno nacional, con rabia, con impotencia, como si la administración de Luis Arce encendiera el cerillo de todo este desastre. "Es muy difícil pelear contra un enemigo grande que debería ser nuestro protector. El mismo Estado que se supone que nos tiene que proteger nos está haciendo daño".

Bella Altura es una comunidad en el municipio de San Buenaventura que sufre los incendios, cuyos habitantes pasaron de respirar todos los días “el aire más puro” al humo más sofocante, y ven con desesperación lo que ha ocurrido con sus vecinos: Buena Vista, donde un día atrás (hoy es domingo) se quemaron las propiedades y tuvieron que evacuar a niños y ancianos ante el temor de que el fuego se quiera llevar vidas humanas.

"Hemos visto cómo nos quieren asfixiar porque quieren sembrar coca, porque quieren nuestro oro, porque quieren nuestro petróleo", continúa Mamio, con los ojos enrojecidos, no por el humo, sino por la bronca que lleva dentro, como si ésta buscara por dónde salir, ya que las palabras no le son suficientes. "Parece que los del Gobierno quieren decir: 'bueno, esos bosques ya no sirven, les vamos a cambiar el uso de suelo, que ahora sea para la agricultura, para el biodiesel'. ¿Una vez quemado nuestro territorio de qué va a servir? ¡Es una impotencia y rabia que a uno le da! De una u otra forma intentan forzar para que nosotros, los indígenas, digamos: 'Bueno, aquí está mi territorio, no puedo hacer nada más con él, o aquí está el Parque Madidi, realmente no sirve para nada, se ha quemado, ahora sí que entren los mineros”.

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