Las cacharpayas para despedir al alma perseveran en Cochabamba

en Los Tiempos el 03-11-20 06:22

Familias enteras en Cochabamba despidieron ayer a las almas de sus difuntos con afecto, alegría y tradiciones. En las zonas alejadas de la ciudad lo hicieron mediante la acostumbrada cacharpaya y el volteo de mesas. Mientras que en el Cementerio General cumplieron estrictamente las medidas de bioseguridad y disposiciones municipales. 

En La Maica Norte, por ejemplo, la familia de Salomé Calderón realizó la cacharpaya. Las cuatro hijas, el esposo, otros familiares y amigos recibieron, desde las 10:00, con amabilidad a quienes llegaban a su casa para acompañarlos.

“Preparamos urpus y t’antawawas de cuatro quintales de harina para que no falte para nadie”, dijo Elías Quispe, esposo de Salomé, quien murió hace cuatro meses.

Además, en la extensa mesa había pollos, que luego sirvieron para una “chhanqa” de pollo, y dos cerdos enteros, que se utilizaron para preparar un exquisito chicharrón para los visitantes.

La mesa estuvo armada hasta las 11:30 de ayer. Luego repartieron todos los urpus, t’antawawas, frutas y bebidas a los invitados que rezaban por el alma.

Cerca de las 12:30 el alma de Salomé salió de su cuarto (un amigo cercano a la familia se vistió con la ropa de la difunta) cubierta con un manto negro, su nombre y una calavera dibujada en su espalda. Se acercó a sus familiares y comenzó a recriminarlos por algunos errores que hubiesen cometido, luego empezó a “chicotearlos” como si fuera una llamada de atención.

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