Polarización, crisis y renovación marcan nuevo escenario político

en Los Tiempos el 25-10-20 02:04

Con los comicios generales del 18 de octubre, el escenario político no ha logrado grandes cambios, con un actor que mantiene, sino con los dos tercios de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), una mayoría absoluta, con una oposición fragmentada, con un discurso que pretende ser conciliador, pero que mantiene la radicalidad de sus acciones y con un jefe que define todo, pese al discurso de conciliación que sostiene el binomio Luis Arce y David Choquehuanca.

La inesperada victoria del Movimiento Al Socialismo (MAS) en primera vuelta, cuando la mayoría de los pronósticos daban por hecho una segunda vuelta con Comunidad Ciudadana (CC), ha desatado una serie de cuestionamientos sobre la realidad política de la oposición al masismo.

Analistas y políticos consideran que los políticos que tenían  velar por el orden democrático y evitar que retorne el populismo autoritario sindical han fracasado por velar por sus apetitos personales, porque si bien se logró quitarle los dos tercios en el Legislativo, no se le quitó el poder.

“Va a haber una correlación de fuerzas diferente. Creo que va a ser un momento de moderación, un gobierno moderado y algo más fiscalizado no como en el pasado. En el pasado existían incluso algunos complejos de la ALP de parte de los opositores que no se atrevían a oponerse a ciertas cosas”, refiere el vicepresidente de la Asociación Boliviana de Ciencia Política, José María Paz.

El politólogo Carlos Cordero considera que se dará una renovación en la política, en diferentes aspectos, como la presencia de nuevos actores en la ALP.

“Yo diría un 80 por ciento de legisladores van a hacer su primera gestión en este periodo de gobierno. Hay una presencia importante de jóvenes profesionales y la renovación también se ha dado en la presidencia, si bien es el MAS, ahora es Arce”, explicó.

Para Patricia Velasco, politóloga, esta renovación no implica el cambio del escenario político en el que durante, los últimos 14 años, el MAS impuso su mayoría de una u otra forma.

“No se esperaba que Arce pudiera ganar en primera vuelta con más del 50 por ciento. Es un triunfo sorpresivo y que, de esperar una segunda vuelta, se llega a que obtenga una mayoría en el Legislativo”, manifestó.

En este escenario de segunda vuelta se preveía la derrota del partido azul.

Según el politólogo Cordero, si bien el MAS mantiene la mayoría, esto no significa que tendrá un dominio absoluto y que, con la proporcionalidad de representantes de este partido y las alianzas CC y Creemos, se podría enriquecer el debate.

“El MAS ya no va a tener los dos tercios en ninguna de las dos cámaras. Va a tener mayoría absoluta, pero no es una mayoría abrumadora, lo cual va a ser muy bueno porque va a dar paso al debate, y las otras fracciones políticas, CC y Creemos, van a tener oportunidad de hacer conocer sus puntos de vista, coordinar, apoyar”, dijo.

El debate parlamentario —acotó— se va a enriquecer.

¿Conciliadores?

A diferencia de las advertencias sobre un posible fraude, el MAS, al saberse ganador, cambió su actitud de confrontación con una postura “conciliadora, de diálogo”, que se vierte desde el binomio presidencial hasta las diferentes organizaciones sociales.

Con sus reparos, los analistas consideran que este discurso que promueve el MAS podría llegar a considerarse como una apertura del partido azul para una construcción en unidad.

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