La desesperación de los que viven del mar, la otra cara del derrame en Perú

en Los Tiempos el 27-01-22 11:49

Cada mañana, durante cientos de años, el pueblo pesquero de Ancón se ha llenado de embarcaciones, redes y peces, pero ahora solo luce la desesperación y el enfado de pescadores que casi lo han perdido todo tras el gran desastre ambiental causado por el derrame de petróleo en el norte de Lima.

Las aguas del Pacífico fueron contaminadas desde el 15 de enero por un derrame en la refinería La Pampilla, operada por Repsol, y desde entonces parte del litoral peruano vive un desastre ambiental que afecta tanto a la biodiversidad como a sectores económicos como la pesca artesanal.

"El impacto del derrame es la desolación", lamentó a Efe el presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales de Ancón (Apescaa), Gregorio Pacheco, mientras mostraba el muelle vacío y a los pescadores parados, que ahora necesitan "todo tipo de ayudas".

Ancón es un tradicional destino turístico situado a 40 kilómetros al norte de Lima, que recibe a miles de personas entre enero y marzo, los meses del verano, para disfrutar de la playa, paseos en barco o comer platos como el reconocido ceviche peruano.

Sin embargo, en los últimos días esta localidad vive en la desesperación, ya que el mar, su fuente de sustento, ha sido contaminado por el derrame de crudo.

"Lamentablemente está todo lleno de petróleo, las embarcaciones no pueden salir a pescar, el sustento diario de los compañeros que llevan a casa ya no está y su familia ¿qué come?, ¿de qué vive?, si se enferma, ¿qué hace?, ¿cómo lo paga?. Queremos ayuda", señaló a Efe, entre lágrimas, Jorg...