Tambores de guerra entre Rusia y Ucrania

en El Día el 09-04-21 05:00

Ucrania puede ser atacada por Rusia de manera inminente. Aunque lleva sufriendo la agresión rusa desde marzo de 2014, Kiev teme sufrir un ataque de una intensidad mayor que cualquiera precedente y, potencialmente, devastador.

Desde hace un par de semanas, Rusia está amasando una significativa fuerza militar en la frontera oriental de Ucrania. Una interpretación posible, y extendida inicialmente, es que se trata de una demostración de fuerza para intimidar a Kiev –que en las últimas semanas ha adoptado medidas para desmantelar la capacidad de influencia rusa dentro de Ucrania por medio de oligarcas ucranianos próximos a Moscú–. Una señal clara para el Kremlin de que la oportunidad que, presumían, representaba la presidencia de Vladímir Zelenski se desvanece. Lo que aumenta estos últimos días es la incertidumbre sobre las intenciones últimas de Moscú, tanto por el volumen y características de su despliegue como por la intensa campaña de los principales propagandistas rusos instando o bien a la anexión de la porción del Donbás que controla Rusia o bien amenazando con “el fin de Ucrania”.

¿Está Rusia preparando el terreno para justificar una posible intervención ante su opinión pública o es una simple estratagema militar y mediática para forzar a Ucrania y a las potencias euroatlánticas a una negociación en los términos que desea el Kremlin?

En este escenario de calma tensa, el presidente Zelenski ha encontrado el aliento del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg y, de forma muy visible, de la nueva administración estadounidense. En la última semana, el líder ucraniano ha recibido las llamadas del presidente Joseph Biden, del secretario de Estado, Antony Blinken, del consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, del secretario de Defensa, Lloyd Austin, y del jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley. Soplan otros vientos en Washington, pero que esto vaya a traducirse en un respaldo efectivo si se desatan las hostilidades es harina de otro costal y Moscú es consciente de eso.

La postura de la UE

Lo mismo respecto a la Unión Europea. Por mucho que el alto representante, Josep Borrell, haya expresado su apoyo explícito a la soberanía e integridad territorial ucraniana, está fuera de juego en esta partida. La declaración franco-alemana un par de días después instando a “todas las partes a mostrar contención y desescalar las tensiones” es un mensaje cristalino para el Kremlin: Europa ni está ni cabe esperarla. Alemania sigue empeñada en la finalización del gasoducto Nord Stream 2 y Francia aún insiste en la mal concebida y fallida “iniciativa Macrón” –la enésima propuesta europea de reset a Rusia–. Pase lo que pase, haya escalada o no, Berlín y París apostarán por el apaciguamiento. La facilidad y candidez con la que están cayendo de lleno y en cadena varios países europeos en la operación de influencia lanzada por Moscú con la vacuna Sputn...