Ecuador vive su propio 'empate catastrófico'

en El Día el 08-04-21 08:07

“Que ya viene Guillermo, que ya viene Guillermo”, grita un joven tras el volante de una gigantesca todoterreno. Sonia y Cristina Velázquez, madre e hija, ondean una bandera azul y blanca. Acaba de caer un chaparrón y las mujeres apenas han logrado refugiarse bajo la marquesina de una tienda. Llevan una hora en ese esquina del casco histórico de Quito, a dos calles del Palacio de Carondelet, la sede del Gobierno de Ecuador, y a cuatro del bar que abrieron hace diez años en ese barrio de oficinistas. Este miércoles han cerrado un poco antes que de costumbre. Escucharon en la radio que la caravana del candidato presidencial Guillermo Lasso pasaría por allí para despedirse de la capital antes de cerrar la campaña en Guayaquil. El domingo, el candidato conservador disputará la presidencia en segunda vuelta con Andrés Arauz, el hombre del correísmo. “Arauz es la copia de Rafael Correa”; “Arauz quiere terminar con la dolarización y volver al sucre”; “Arauz hará fraude”; “Arauz nos convertirá en Venezuela”. Sonia y Cristina repiten como un mantra lo mismo que la decena de seguidores de Lasso que esperan en esa esquina el paso del candidato conservador.

A pocas cuadras de allí, en la plaza frente a Carondelet, un grupo de simpatizantes de Arauz viste remeras naranjas y reparte panfletos y banderas. Un volante a todo color anticipa en letras azules: “Correa vuelve”. “Allí vive el traidor”, dice Luis Kaiza, un mecánico jubilado de 80 años que trabajó toda su vida en el Ministerio de Ob...