Juan Bascopé fue sentenciado a 30 años sin pruebas de ser asesino de militares

en El Diario el 05-04-21 06:16

Juan Bascopé era un productor de miel de abeja en la comunidad de Copacabana, del municipio de Apolo, provincia Franz Tamayo del departamento de La Paz. Hoy es un sentenciado a 30 años de cárcel, por el supuesto asesinato del subteniente de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), Óscar Gironda Porres, un militar que el 19 de octubre de 2013 participó de una operación de destrucción de plantaciones ilegales de hojas de coca.

El 20 de octubre, el entonces ministro de Gobierno, Carlos Romero, denunció que efectivos de la Fuerza de erradicación habían “sido emboscados, se les ha disparado desde las serranías”. Con esa explicación anunció la muerte del militar a medios locales.

El 19 de octubre de 2013, militares y policías ingresaron en las comunidades del municipio de Apolo con la finalidad de erradicar cocales, una misión que dejó el saldo de cuatro muertos, 30 heridos y 17 detenidos.

Junto a Gironda, fallecieron el médico Michael Olivares, el sargento de la Policía Johnny Quispe Chura y el suboficial de la Armada Willy Yujra Mamani.

Siete años y cinco meses después de esos incidentes, el único sentenciado por este caso es el apicultor Bascopé; otros 26 comunarios fueron declarados en rebeldía.

El Tribunal de Sentencia Penal Primera de Achacahi del Distrito Judicial de La Paz lo declaró culpable, instruyó su encarcelamiento y sin derecho a indulto.

Apolo es una extensa región semitropical donde los cultivos ilegales se extendieron y como efecto de las políticas antidroga, una fuerza militar-policial llegó hasta la zona, pero la Federación de Campesinos y Asociación Regional de Productores de Coca y otras organizaciones declararon su decisión de resistir la destrucción de cocales.

Decenas de campesinos se movilizaron y Bascopé, como otros agricultores de la zona, fueron obligados a conformar los grupos de vigilancia, bajo amenaza de pérdida de sus propiedades, si acaso no acataban la decisión sindical.

Cerca de las 5 de la tarde del 18 de octubre, se acerca el señor Narciso Quispe quien entre lágrimas le dijo que las organizaciones sociales de la provincia Franz Tamayo aprobaron, que en caso de que no se constituyan a la comunidad van a ser expulsados sin derechos, según el testimonio de Bascopé en una de las audiencias.

El sentenciado tenía 600 colmenas en la comunidad de Copacabana; sus hijos estudiaban en la unidad educativa del lugar, su mamá y sus hermanas vivían allí, y frente a la conminatoria sindical solo le quedaba acatar.

Entre la tarde y noche del viernes 18, Bascopé fue espectador de la vigilia, retornó a su domicilio y en la madrugada del sábado 19 fue informado de enfrentamientos con el saldo de muertos.

Al promediar las 6 de la mañana, se dirigió al lugar de la vigilia pero ya no estaban los comunarios, solo estaba Felipe Sito, quien le dijo que debería ir a reforzar a la comunidad Miraflores, nuevamente Juan Bascopé dijo que él no tenía nada que ver con el problema porque era apicultor y no cocalero.

Bascopé refiere que del lugar de la vigilia a la comunidad Miraflores, existe una distancia de dos horas de caminata. Cuando estaba en tránsito al lugar oyó disparos. “Era como una guerra, no podía acercarme, estaba a 1.000 metros de distancia aproximadamente de la Unidad Educativa de Miraflores, de ahí he visto todo; por la derecha había un puesto de apoyo de militares, ahí estaba hasta mediodía”.

Mientras algunos estaban en la unidad educativa, efectivos policiales entraron a gasificar las casas y sacaron de allí a las mujeres y niños, hecho que enfureció a los jóvenes que resistían.

“Los jóvenes estaban detrás de los árboles, allí sale un militar y ha caído de cabeza, dicen que él era (Óscar) Gironda, allí lo han rescatado lo...