Cambio climático siembra tristeza, hambre y sufrimiento en Cocapata

en Los Tiempos el 11-12-22 06:34

Cocapata, la capital de la papa y de la crianza de ganado camélido, vive una situación crítica a causa de la sequía, las heladas y las nevadas intensas. La muerte de cientos de alpacas, llamas y ovejas dejó en vilo a por lo menos 1.466 familias, en cuyos rostros se dibuja la tristeza, el hambre y el sufrimiento.

La falta de lluvias, la escasez de agua para consumo y alimento conmueve en la comunidad de Putucuni, donde los productores de camélidos   batallan a diario para evitar la muerte de más animales.

Este es el caso de Emiliana Condori, una anciana que tomó la decisión de marcar con aguayos y lanas de colores a las llamas y alpacas que están débiles o a punto de morir para prestarles más atención.

La comunaria contó que en los últimos tres meses vio morir a por lo menos 30 animales de su rebaño, puesto que no hay pasto ni alimento suficiente en la región.

“Este año la sequía está terrible, el año pasado no era así, no había agua; ahora, más bien ya está lloviendo, aunque tarde. He perdido la mitad de mi rebaño, este lugar se ha vuelto seco, parece un desierto, no hay nada para dar de comer”, contó.

Condori relató que en la zona la gente y los animales toman el agua que baja de las quebradas. El caudal también se utiliza para el riego de cultivos de papa, pero ante el déficit del recurso hídrico en el sector, se vieron obligados a buscar el líquido vital en otros lugares.

En un recorrido realizado por Los Tiempos se constató que el ganado camélido se encuentra desnutrido, varias cabezas yacen en el suelo sin poder levantarse, mientras que el resto del rebaño se alimenta con pajonales secos.

El municipio de Cocapata está a 124 kilómetros de la ciudad de Cochabamba, a cinco horas de viaje. La región destaca por contar con tres pisos ecológicos territoriales: altiplano, valles y trópico.

Esquila y migración

René Serrano, otro productor de camélidos, indicó que, si bien en los últimos días se registraron lluvias y una nevada, esto no va a solucionar el desastre que ocasionó la sequía, debido a que el ganado necesita pasto fresco y agua en óptimas condiciones para recuperarse.

“Cada familia ha perdido unas 20 a 15 cabezas, primero han muerto por la sequía y ahora por el frío, necesitamos que las autoridades nos ayuden con desparasitantes, forraje y algo para subsistir. En esta época nosotros esquilábamos la lana de las llamas, alpacas y ovejas, pero ahora con este clima no podemos hacer eso”, comentó.

Serrano señaló que algunos comunarios decidieron sacar la lana de los animales muertos para recuperar lo mínimo, porque extraer la carne no fue posible, debido a que podría ocasionar problemas de salud a la gente.

Ante la falta de ingresos, varios pobladores de...