Irán se acerca a China para reforzarse frente a EE.UU.

en El Día el 01-04-21 09:24

El grafiti aparecido en la ciudad iraní de Kermanshah es tan claro como irreverente: con un estilo que imita a Banksy, muestra al líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, y al presidente chino, Xi Jinping, besándose bajo una bandera china con forma de corazón. Refleja la crítica de muchos iraníes al reciente acuerdo económico y estratégico entre Teherán y Pekín, que ven como una capitulación ante la gran potencia asiática. Sus gobernantes, sin embargo, esperan que alivie el aislamiento internacional de la República Islámica y apuntale su exigencia de que sea Estados Unidos quien dé el primer paso para reactivar el pacto nuclear. Queda saber hasta dónde puede llegar aquel en ausencia de este.

Como el autor del grafiti, los detalles del acuerdo chino-iraní permanecen secretos. Según el borrador que Teherán filtró el pasado verano, la República Islámica se compromete a suministrar a China hidrocarburos a un precio competitivo a cambio de que el gigante asiático invierta hasta 400.000 millones de dólares (unos 340.000 millones de euros) en las maltrechas infraestructuras iraníes durante los próximos 25 años. La cooperación, con la que China incluye a Irán en su Nueva Ruta de la Seda, se extiende a sectores tan diversos como la sanidad, los hidrocarburos, la petroquímica, la energía nuclear, el transporte y la seguridad.

Al margen de cómo se concreten eventualmente esos planes, el proyecto tiene un gran simbolismo para Irán más allá del ámbito económico. Hesamoddin Ashena, un destacado asesor del presidente Hasan Rohani, celebró su rúbrica como una prueba del fracaso de la política...