Esposa del Chapo podría enfrentar cadena perpetua

en El Día el 23-02-21 07:41

Cuando en julio de 2019 el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera "El Chapo”, uno de los líderes del Cartel de Sinaloa,  fue sentenciado a cadena perpetua en la Corte de Distrito Este de Nueva York, su esposa Emma Coronel se salió de control.

La joven ex reina de belleza, quien se convirtió en el centro del show durante el llamado "juicio del siglo”, comenzó a tener una vida pública frenética y exhibicionista, rompiendo las reglas del mundo del narcotráfico y convirtiéndose en un blanco apetitoso para autoridades y grupos criminales enemigos.

En 2019, Emma participó en Miami en el reality show "Cartel Crew”,  que cuenta la historia de  familias de narcotraficantes. Comenzó a ir a centros nocturnos con más frecuencia y menos discreción, incendiaba Instagram con provocativas fotografías, modelaba ropa, y buscaba convertirse en la "Kardashian” de los narcos.

Su desbocada búsqueda de atención pública concluyo este 22 de febrero con su arresto en Estados Unidos, acusada de colaborar en los negocios criminales de su esposo.

Desde hacía meses, la conducta de Emma había encendido la alarma dentro de las familias que integran el Cartel de Sinaloa, considerado por el gobierno de Estados Unidos como la organización de tráfico de droga más importante del mundo. En particular había preocupación en los hijos del "Chapo”, Iván, Alfredo, Ovidio y Cesar Guzmán. Y en Ismael "El Mayo” Zambada, líder y patriarca de la organización criminal, según me confió de viva voz a fines del 2020 una persona cercana a la familia.

Blanca Aispuro, su madre, estaba particularmente preocupada por el rumbo que estaba tomando su vida. Su esposo Inés Coronel y su hijo Omar --padre y hermano de Emma-- habían sido ya arrestados en 2013 en México acusados de narcotráfico, y su otro hijo Edgar, fue detenido en 2015 por haber colaborado en la segunda fuga de prisión del "Chapo”. La madre de Emma pidió incluso a personas que trataran de hablar con ella para hacerla entrar en razón.

"Emma esta furiosa, muy enojada, muy dolida con El Chapo”, me reveló mi informante. La ex reina de belleza buscaba vengarse de las infidelidades del capo que fueron ventiladas descarnadamente durante el juicio

Cuando conocí a Emma

Conocí a Emma Coronel el 12 de febrero de 2016 en el restaurante Mar&Sea en Culiacán, Sinaloa, días después de que "El Chapo” fue recapturado en un operativo de la Marina tras  haberse fugado por segunda vez de una cárcel de máxima seguridad en 2015.

Emma tenía entonces 26 años, ahora tiene 31 años. Nunca había hablado con la prensa hasta ese día. Ni siquiera había fotografías recientes de ella como parte de la omertá que generalmente rige el mundo de las familias que integran los carteles de la droga en México.

No era la clásica esposa de un narcotraficante, su vestimenta era sobria y discreta, su apariencia perfectamente acicalada revelaba horas previas en el salón de belleza, y su lenguaje era de una persona con cierta educación. Reveló que había nacido en California, cerca de San Francisco, y que tenía doble nacionalidad, por lo que podía viajar constantemente a Estados Unidos sin ningún problema. Contrario a su esposo casi analfabeta, ella había estudiado la carrera de periodismo en la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Cuando vi que llegó acompañada de Bernarda Guzmán Loera, la hermana más cercana del "Chapo”, entendí que dar la entrevista no había sido un paso Emma había dado por la libre, sino que ella estaba ahí por instrucciones del líder del Cartel de Sinaloa. Yo había escrito una biografía muy crítica sobre él y la corrupción que rodea a la organización criminal en el libro Los Señores del Narco (Grijalbo, 2010). Aún así ella había aceptado mi petición de hablar en exclusiva.

En la polémica entrevista que duró más de dos horas, Bernarda no se apartó ni un solo instante de Emma, quien dio su versión p...