Venezuela: donde la corrupción se tapa con más corrupción

en El Día el 25-01-21 08:02

La Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional fue objeto de una investigación por las cartas de «buena conducta» entregadas a empresarios vinculados con el régimen chavista. (PanAm Post). Las peticiones de indagar sobre la manipulación de fondos que maneja el Gobierno interino de Juan Guaidó vienen de todos los frentes. Desde el chavismo, que se explaya en sus intervenciones a acribillar a la oposición desde el Palacio Legislativo —tomado bajo la artimaña de las elecciones del 6D— y desde los principales partidos que conforman la coalición opositora para exigir rendición de cuentas en pro de la transparencia puesta en duda por múltiples casos de presunta corrupción que ha salido a la luz pública. Pero, ¿qué pasa cuando los investigadores terminan sumando más irregularidades a los casos objeto de investigación?

En dos frentes políticos donde casi nunca hay congruencia, hoy —sin ponerse de acuerdo— todos exigen cuentas claras a Juan Guaidó. Es perentorio. Casos como el de la Comisión de Contraloría que involucra a los llamados ‘diputados CLAP’ —sobre el que se ha guardado absoluto silencio— merecen una explicación. Tanto los investigados como quienes se adjudicaron el papel de investigadores tiene mucho qué explicar.

No se trata de una queja aislada. De hecho, el propio comisionado presidencial de Relaciones Exteriores, Julio Borges, denunció que el régimen de Maduro está “emprendiendo una guerra sucia” contra las fuerzas democráticas del país. Este hecho le llevó a insistir en la necesidad de «mostrar los resultados concretos de las investigaciones que hemos solicitado, con el fin de aclarar si hubo un manejo transparente de los fondos públicos”. Así lo expresó en su cuenta en Twitter.

El origen: las cartas de «buena conducta»

Y es que entre los múltiples tropezones que ha tenido el interinato —conocidos hasta el momento— figuró el entramado de corrupción que involucra a diputados de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional venezolana. Parte de ellos hoy son recordados en gran medida por presuntamente estar vinculados con negocios y trámites que lavaban la imagen del colombiano Álex Saab, señalado como testaferro de Nicolás Maduro, quien permanece detenido en Cabo Verde desde junio pasado.

Como se recordará, la táctica constaba en entregar «cartas de buena conducta» a empresarios cercanos al chavismo a cambio de pagos. En estas cartas los diputados daban fe del carácter impecable de una serie de empresarios que poseían lazos con el chavismo. Las misivas eran enviadas a instituciones como la Fiscalía de Colombia, así como también el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

Los acusados de hacer estos «favores» a Saab y otros socios son, entre otros, Freddy Superlano, quien ejercía entonces como presidente de la Comisión Permanente de Contraloría; Conrado Pérez, vicepresidente; así como los integrantes de esta comisión Richard Arteaga, José Brito, Chaim Bucaran, Adolfo Superlano, Guillermo Luces, William Barrientos y Héctor Vargas. También aparece el nombre del diputado José Luis Pirela, miembro...