Artimañas sobre un golpe inexistente

en Los Tiempos el 18-05-22 07:47

Evo Morales estaba muy asustado cuando huyó del país como para pensar en dar vuelta la tortilla, reescribir la historia de lo sucedido en noviembre de 2019, y hacer creer a todo el mundo que lo había derribado un golpe de Estado. Morales no había escuchado ni un solo disparo, no vio a un solo militar con uniforme de combate, no lo aterrorizó oír por radio la emblemática marcha Talacocha, pero llegó al Chapare asustadísimo, al extremo que pensó que el piloto del avión presidencial lo estaba llevando a un hangar donde se encontraría con militares con cara de perros que lo torturarían. Cuando vio que la cuestión no era así, que no lo colgarían como a Villarroel, lloró emocionado. Y cuando lloró él, también lloró su “alter ego”, García Linera. Estaban a salvo.

Evo Morales había escapado de La Paz, abandonando todo, porque sabía que su estafa electoral había sido descubierta, y porque ya no se trataba de que la “derecha” reclamara por la trampa, sino porque el Informe de la OEA era contundente: habían existido graves irregularidades, es decir, fraude. A tal extremo quedó en evidencia su montaje mafioso, que, desesperado, para ganar tiempo, quiso anular las elecciones e ir a nuevos comicios, con él de candidato, na...