El hambre se propaga en Afganistán y deja a bebés al borde de la muerte

en Los Tiempos el 01-12-21 12:48

Cuando Zubair, un bebé afgano de seis semanas y apenas dos kilos de peso, llegó a una clínica para niños desnutridos, los médicos pensaron que le quedaban sólo unas pocas horas de vida. Ahora lucha por sobrevivir cubierto por una manta térmica y bajo la mirada de su madre, que oscila entre el miedo y la esperanza. 

La clínica que la oenegé Médicos Sin Fronteras (MSF) gestiona en Herat, la mayor ciudad del oeste de Afganistán, tiene el objetivo de ayudar a una comunidad que convive con un sistema de salud al borde del colapso, lastrado por el retiro de las donaciones.

Desde que los talibanes tomaron Kabul en agosto, este recinto ha incrementado su capacidad pasando de 45 a 75 camas y recibe unos 60 pacientes cada semana. 

La madre de Zubair, Shabaneh Karimi, viajó 150 kilómetros para recibir atención y antes de ser admitida en este centro estuvo en el hospital público, del cual fue derivada a esta clínica. 

El pequeño fue examinado raudamente y fue colocado en una unidad de cuidados intensivos junto a una docena de otros lactantes. 

Con una mascarilla de oxígeno que cubría casi todo su rostro, logró sobrevivir la noche e incluso juntó la suficiente fuerza como para llorar.

"Zubair todavía está vivo, pero (el panorama) sigue siendo complicado para él", contó Gaia Giletta, la enfermera jefa de la clínica de MSF.

La profesional relató que ahora el niño - muy debilitado por la desnutrición - lucha contra una infección pulmonar. 

 

Más de tres millones

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