Isabel Perón, con 90 años y aferrada a sus secretos

en El Día el 04-02-21 07:34

Casi no sale a la calle. Hace años que su vida transcurre en el interior de un chalet de tres plantas en un barrio cerrado, rodeado de sierras, a 30 kilómetros de Madrid. María Estela Martínez de Perón, Isabelita, cumplió este jueves 90 años en el lugar que eligió para el retiro de la actividad pública, rodeada de recuerdos que considera "demasiado dolorosos" y casi sin contacto con el país que le tocó presidir durante 632 días de violencia y caos económico, entre el 1° de julio de 1974, cuando murió su marido, y el golpe militar del 24 de marzo de 1976.

Unos pocos amigos fieles la llaman a menudo y se preocupan por su estado de salud, frágil desde que hace más de una década sufrió una fractura de cadera y empezó una sucesión penosa de tratamientos y achaques. Cuentan quienes aún tratan a la última esposa de Juan Domingo Perón que ocupa el tiempo leyendo y bajando a un cuaderno ideas y memorias que no comparte con nadie. 

Aunque ya no se deja ver por la iglesia de Villanueva de la Cañada, el pueblo donde reside, los últimos años renovó su fervor religioso. Ha comentado entre sus afectos su afinidad con la mirada del Papa Francisco, cuyas encíclicas dijo haber leído en detalle.

A la Argentina no viene desde 1994, cuando Carlos Menem la invitó por última vez. Nunca más volvió a sugerir la idea de radicarse otra vez en el país del que salió al exilio en 1981, después de los cinco años de encierro que le impuso la dictadura. Siente fobia por la política, cuentan en su entorno. Su principal vínculo con la tierra en que nació -donde vivió menos de un tercio de sus días- es su sobrina y ahijada, Estela Ferreiro. Todos sus hermanos han fallecido ya.

A través de Ferreiro, envió en noviembre pasado un mensaje de audio para la cúpula de la CGT, que decidió rescatarla del olvido al que la relegó el peronismo y hacerle un homenaje público en el emblemático Salón Felipe Vallese. Fue en ocasión de la presentación de una biografía escrita por Diego Mazzieri ("María Estela Martínez, por siempre de Perón").

"Quiero que mi sobrina hable en mi nombre, tienen que hacer de cuenta que soy yo la que está ahí", se la oyó decir en el evento, encabezado por el sindicalista de los judiciales Julio Piumato, en el que además se instaló una placa en homenaje de la expresidenta. "Hagan llegar mis saludos y mis recuerdos más entrañables a la CGT", añadió, después de elogiar el libro en cuestión y emocionarse al nombrar al Papa.

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