Exmilitares latinoamericanos, mano de obra barata para guerras en el Medio Oriente

en Los Tiempos el 14-01-22 04:03

Cuando el conductor suicida hizo volar el camión, el peruano Vladimir Flórez también saltó por los aires. Junto a otros latinoamericanos había llegado a Afganistán para trabajar en seguridad privada, pero esa madrugada terminó combatiendo a los talibanes como "soldado".

Es 13 de septiembre de 2013 y Flórez, entonces de 32 años, está en una de las torres de vigilancia del consulado de Estados Unidos en la ciudad afgana de Herat (noroeste). En los otros puestos hay exmilitares y expolicías de Colombia y El Salvador. 

El vehículo, recuerda, avanzó raudo con las luces encendidas hacia la entrada de la sede diplomática, cuando ¡Boom!.

"Me hace volar, me caigo al suelo. Reacciono como a los dos minutos. Cuando me levanto veo que todo ardía, la gente gritaba", recuerda Flórez, quien trabajó para uno de los cuerpos municipales de seguridad de Lima antes de enrolarse en una multinacional de vigilancia.

El ataque suicida, que mató a ocho afganos, quedó registrado en un video. Tras la explosión, Flórez se enfrentó a tiros por dos horas con los talibanes hasta la llegada de las tropas estadounidenses.

"Nunca me dieron un solo dólar (adicional) por haber salvado a los americanos", reclama en una videollamada con la AFP.

Sin sospecharlo, los latinoamericanos combatieron para Estados Unidos "sin protección alguna ni armamento adecuado", y "en desventaja total frente a un enemigo mucho mejor armado", sostiene el colombiano Francisco Landinez. 

Soldado retirado, Landinez encabeza en Miami la Oppressed Veterans Foundation (Fundación de Vete...