El orgullo marroquí buscará el premio consuelo mañana

en Los Tiempos el 16-12-22 07:03

El jarro de agua fría fue menos fría pero no menos doloroso. Marruecos soñó hasta el final con poder entrar en la final del Mundial, pese a que sus andares desentonaban entre la aristocracia del fútbol. Siempre hay alguna sorpresa y esta vez le tocó a un equipo aguerrido y fuerte.

Durante unos días, Marruecos fue el orgullo de África, un continente que nunca había visto a ninguno de sus representantes superar los cuartos de final, y el orgullo del mundo árabe, que no se había asomado más allá de los octavos.

La gesta de los Leones del Atlas abrió un nuevo camino de esperanza para todos los modestos del planeta y siguiendo la bandera de su seleccionador, Walid Regragui, su cruzada fue un llamamiento a la insurrección generalizada contra el poder establecido.

Hasta el último instante, hasta que la Francia campeona del mundo les doblegó en un ajustado partido, con dos detalles que inclinaron la balanza del lado de los europeos, Regragui y los suyos no pararon de fustigar el conformismo: “No habremos cambiado la mentalidad si pensamos que...