Cinemateca: contra viento y marea

en Los Tiempos el 24-07-22 09:35

Navegando durante 46 años sobre las olas de un mar turbulento, la Cinemateca Boliviana acaba de cumplir un nuevo aniversario marcado por su empeño en salir adelante en un país donde la cultura es un bien poco valorado por el Estado. 

He sido desde siempre un amigo de la Cinemateca, incluso un año antes de su existencia, cuando conversé sobre la necesidad de su creación con el entonces alcalde de La Paz, Mario Mercado, quien finalmente se animó a crearla mediante ordenanza municipal en 1976. 

He frecuentado la Cinemateca en la calle Pichincha (tengo la impresión de que en esa época era más fácil llegar allí) cuando Pedro Susz, Carlos Mesa y Norma Merlo la hicieron crecer, y después he sido testigo del proceso que culminó con el nuevo edificio, cerca de la casa donde solía visitar a Oscar Soria. En el terreno donde se erige actualmente, solíamos jugar fútbol los que entonces éramos jóvenes cineastas. Ahí llevé un sábado a mi amigo, el cineasta cubano Santiago Álvarez, que estaba de visita en La Paz con su compañera Lázara. 

La Fundación Cinemateca Boliviana, ahora entidad independiente reconocida por el Estado, me ha proporcionado muchas satisfacciones. He presentado ahí varios libros míos, entre ellos Diario ecuatoriano: cuaderno de rodaje (2015).  y  Poeta de papel (2016), este último acompañado de una exposición de 100 dibujos de veinte amigos artistas. He participado en conferencias y estrenos, y me han honrado con el Premio Semilla, que por el cariño que le tengo a esa casa del cine y de los cineastas de Bolivia, destaca entre otras distinciones recibidas. 

También he acompañado a la Cinemateca en momentos duros, para defender su acervo, construido con tanto esfuerzo a lo largo de décadas. A mi regreso al país, luego de largas ausencias a veces por exilio y otras por trabajo, me he interiorizado de sus problemas...