El veto israelí a la UNRWA pone en peligro el futuro de jóvenes palestinos en Cisjordania
Decenas de jóvenes palestinos que viven entre el conflicto y la pobreza de los campos de refugiados de Qalandia, en Cisjordania ocupada, hallan alternativas a las calles y las milicias en una escuela de oficios de la UNRWA, que podría tener los días contados tras la decisión del Gobierno de Israel de restringir sus operaciones.
En medio del sonido de taladros, cortadores y martillos, Malik Hamad, de 18 años, aprende un oficio. Quiere convertirse en electricista y abrir su negocio en Qalandia, el campo de refugiados en el que nació, pegado a Jerusalén, pero al otro lado del muro de separación.
"Este sitio es el único que me ofrece una formación profesional, y mi familia no puede pagarme los estudios, este es el único lugar que me abre las puertas a un trabajo en el futuro", señaló.
La escuela de oficios de la UNRWA -agencia de Naciones Unidas para refugiados palestinos- es para muchos jóvenes el único camino para aprender una habilidad que les permitirá tener un trabajo digno y construir una vida fuera de la espiral de violencia que vive Cisjordania, agravada en los últimos años.
Como él, otros 350 estudiantes de entre 15 y 19 años reciben formación en 16 especializaciones divididas en tres grupos: electricidad y tecnología, industria automotriz, y metalúrgica y construcción. Cerca del 85 % de los graduados encuentran empleo, explicó a EFE el director del centro de formación de Qalandia, Baha Awad.
